La Representación del Anteproyecto en los Talleres de Facultad [JPPG]

La Representación del Anteproyecto en los Talleres de Facultad. (Posibilidades y limitaciones). Estudiantes: Apolant Patrick, Canén Pablo, López Joaquín, Ibarburu Gastón (Equipo 5). Equipo docente: Folga, Alejandro; Geicher, Leonardo; Battaglino, Irene. M y TE IV, año 2008, Farq/ UdelaR. Marco teórico: Asumimos el ámbito de Facultad, (farq, UdelaR) como definitorio de un marco metodológico – conceptual, el espacio de Taller como rector de una línea didáctico – pedagógica, el que a su vez asume formas de ideologías y tendencias dominantes o por el contrario resiste ciertas imposiciones (como ser la lectura del objeto arquitectónico como mercancía); por último entendemos el Anteproyecto como elemento medular de la política del Plan de Estudios en el entendido de la existencia de diversas áreas de materias al servicio de su enseñanza y desarrollo, no obstante consideramos la presentación de dichos productos, como “fotografía” de un proceso proyectual en un tiempo determinado (los anteproyectos tienen la potencial capacidad de siempre seguir avanzando). Es en este contexto que interpretamos la Representación como mecanismo de materialización de la elaboración de dicho proceso. Realizando una transpolación desde la semiótica, en tanto la Representación (en este caso del anteproyecto de arquitectura) constituye un fenómeno cultural, puede ser considerada un fenómeno comunicativo, por tanto un sistema de signos, generador pues de códigos icónicos, posteriores objetos de comercio comunicativo.Es pertinente la aclaración, de que este sistema de signos se halla al servicio de otro sistema comunicativo “superior”, la Arquitectura en sí misma. No obstante estos sistemas entendidos como lenguajes, tienen la particularidad de ser de contenido semántico no específico, dado que poseen una lógica y vocabulario propios, mas no una gramática ni sintaxis particulares, y la ineludible necesidad de apoyarse en otros sistemas para su codificación no definida ni absoluta. Esto deja un desafiante campo de libertades y compromisos de los que esta debe hacer uso y desarrollo. Siendo el arquitectónico articulado no para significar una referente físico, sino un significado cultural, característica a la que necesariamente también atiene la representación del anteproyecto en arquitectura. El lenguaje de la representación ocupa además un lugar mediático entre el lenguaje arquitectónico y el sujeto, por lo que el objeto representado, pretende denotar al objeto arquitectónico, el qué según U. Eco sólo denota su función y su propia existencia, por lo que la aplicación de un sistema semiótico puede resultar estéril. Sin embargo, existe una etapa de decodificación del signo de la representación arquitectónica, dada entre la idea génesis y el posible objeto materializado, que puede presentar alteraciones específicas. Es así que esta se vale de ciertos recursos específicos que connotan y denotan ciertas prioridades e ideologías sobre el elemento representado.Es en el marco del abordaje de estos recursos como sistema enfático que se asume la investigación y análisis, vislumbrando a su vez el cambio histórico de éstos y sus aplicaciones particulares en relación con el cambio de las tendencias dominantes al tiempo que afectan nuestra producción arquitectónica inmediata.(Tendencias que se ilustran en ciertas corrientes posmodernas en el pienso de la disciplina desde la materialidad, o en cambio dentro de la trascendencia de las plantas en el estudio de relaciones espaciales y funcionales, desde otro ángulo las especificidades que plantea la representación para un producto arquitectónico ideado desde la vivencia, o por el contrario la arquitectura proyectada desde su representación para su posterior venta en tanto el objeto arquitectónico constituye un mercancía en sí mismo, etc…) Bajo estos preceptos consideramos a la Representación como sistema de pensamiento, el que establece un marco, y plantea por definición una serie de posibilidades y limitaciones a explorar y superar, dejando planteada la interrogante: ¿En qué medida nos proyectamos más allá de los sistemas de Representación qué se nos imponen?